Narayana Health: un ejemplo de innovación inversa en salud

Jul 15 2025

 

Narayana Health: un ejemplo de innovación inversa en salud

La transformación estructural de los sistemas hospitalarios en países de ingresos medios plantea interrogantes urgentes sobre eficiencia, acceso y sostenibilidad. En este contexto, el modelo desarrollado por Narayana Health, una red hospitalaria de origen indio, constituye un referente internacional en innovación en salud. Gracias a sus líderes, entre ellos el Dr. Viren Prasad Shetty, este sistema ha logrado combinar alta complejidad tecnológica, control riguroso de costos y un enfoque inclusivo que prioriza la cobertura para poblaciones con limitadas capacidades de pago. A través de estrategias que integran automatización, rediseño organizacional y cultura empresarial orientada al servicio, Narayana ofrece una alternativa replicable frente a modelos convencionales de atención hospitalaria que resultan financieramente insostenibles o ineficientes.

Innovación en salud sin fronteras: eficiencia, tecnología y nuevos modelos desde India

El modelo hospitalario desarrollado por Narayana Health representa una ruptura paradigmática frente a los esquemas tradicionales de atención en salud. Basado en una arquitectura organizacional centrada en la eficiencia operativa, este sistema ha demostrado que es posible ofrecer servicios de alta complejidad con costos sustancialmente reducidos, sin comprometer la calidad clínica ni la seguridad del paciente. El enfoque estratégico combina la estandarización de procesos, el uso intensivo de tecnología y la racionalización del uso de infraestructura para maximizar el valor por unidad de atención prestada.

La estructura física de los hospitales prioriza el aprovechamiento funcional del espacio clínico, y el entrenamiento riguroso del recurso humano permite sostener altos volúmenes de atención con niveles óptimos de productividad. En este contexto, procedimientos quirúrgicos de alta complejidad, como la cirugía cardiovascular, pueden realizarse por menos de 2.000 dólares, alcanzando resultados equiparables a los observados en sistemas hospitalarios de países de altos ingresos. Este enfoque no solo redefine los estándares de costo-efectividad, sino que plantea un desafío directo a la noción de que la calidad asistencial está necesariamente vinculada a un alto gasto sanitario.

Tecnología como palanca de eficiencia clínica

Lejos de asociarse con limitaciones presupuestarias o precariedad, el modelo de Narayana Health incorpora tecnologías avanzadas como factor central para optimizar procesos clínicos y administrativos; la integración sistemática de cirugía robótica mediante plataformas Da Vinci ha permitido reducir la invasividad de los procedimientos, minimizar las complicaciones postoperatorias y acortar los tiempos de recuperación y estancia hospitalaria. Aunque la inversión inicial en esta tecnología es considerable, su uso racionalizado dentro de un ecosistema de alto volumen permite reducir el costo total por procedimiento, generando eficiencias acumuladas.

En paralelo, el grupo ha digitalizado integralmente sus operaciones internas: se destacan los sistemas automatizados de gestión de inventarios, trazabilidad de insumos médicos, y aplicaciones móviles que permiten al usuario agendar citas, consultar resultados clínicos y obtener resúmenes médicos de forma inmediata. Este entorno digital, orientado a eliminar tareas manuales y puntos de fricción, habilita una atención más fluida, rápida y centrada en la experiencia del paciente. El modelo también incorpora herramientas de telesalud, fortaleciendo el componente preventivo de la atención. Los pacientes son incorporados en programas de seguimiento continuo, que incluyen dietas personalizadas, monitoreo remoto de parámetros clínicos y educación en salud, con el objetivo de reducir eventos agudos y hospitalizaciones evitables.

El caso Health City Islas Caimán: transferencia y adaptación internacional

El caso de Health City en Islas Caimán representa una demostración concreta de la capacidad del modelo de Narayana Health para adaptarse y operar eficientemente en contextos internacionales. Concebido bajo los mismos principios de eficiencia clínica, acceso asequible y estandarización operativa, este hospital fue diseñado para captar pacientes de América del Norte, Centroamérica y el Caribe que buscan atención médica de alta calidad a costos más bajos que en sus países de origen. Inicialmente operado por personal clínico proveniente de India, el centro ha evolucionado hacia un modelo híbrido que integra profesionales de Estados Unidos, Europa y otros países, sin comprometer la lógica operativa de base.

Entre las estrategias aplicadas en Health City se destacan la reducción deliberada del personal no esencial, la eliminación de tareas administrativas repetitivas y la implementación de software clínico especializado para automatizar procesos como el registro de historia clínica, la gestión de medicamentos y la programación de procedimientos. Este ecosistema digital permite a los médicos concentrarse exclusivamente en el acto clínico, mientras que asistentes o sistemas automatizados se encargan de documentar y procesar la información. Asimismo, los pacientes pueden agendar citas, consultar sus resultados y recibir reportes integrados en menos de tres horas. Estas prácticas han consolidado a Health City como un ejemplo de cómo la salud puede gestionarse con altos estándares de calidad, tecnología avanzada y estructuras de costos racionalizadas, incluso fuera del entorno indio.

Diferencias estructurales entre el modelo de India y el sistema estadounidense

El Dr. Shetty identifica tres diferencias estructurales fundamentales entre el modelo hospitalario de India, representado por Narayana Health, y el sistema predominante en Estados Unidos. Primero, destaca la naturaleza de la propiedad y los incentivos institucionales: mientras que la mayoría de los hospitales en EE. UU. operan como organizaciones sin ánimo de lucro —sin un incentivo claro para maximizar la eficiencia—, en India los hospitales están orientados a resultados, con presión constante por reducir costos y mejorar procesos. En el modelo indio, la eficiencia no es un valor añadido, sino un imperativo estructural para garantizar la sostenibilidad. Segundo, señala la diferencia en los mecanismos de financiamiento: en EE. UU., la mayoría de los pagos se realiza a través de sistemas de seguros (públicos o privados) que reembolsan los servicios, generando distorsiones en los precios y desconexión entre el costo real y el valor percibido. En cambio, en India, donde un gran porcentaje de pacientes paga directamente de su bolsillo, los hospitales deben ofrecer servicios con precios transparentes, competitivos y alineados con la capacidad de pago del usuario. Tercero, resalta la brecha en estándares de calidad: si bien Estados Unidos cuenta con acreditaciones sólidas en una parte del sistema, existen numerosos hospitales que operan fuera de esos estándares, con equipos reutilizados o infraestructura obsoleta, lo que también ocurre en India. No obstante, el modelo de Narayana Health demuestra que es posible alcanzar estándares internacionales de calidad sin replicar los niveles de gasto del sistema estadounidense. Estas diferencias evidencian que los retos de sostenibilidad y equidad en salud no dependen únicamente de la riqueza del país, sino del diseño estructural del sistema y de sus incentivos fundamentales.

Según el Dr. Shetty, la eficiencia del modelo hospitalario de Narayana Health no obedece a una ventaja aislada, sino a una combinación sistémica de factores estratégicos. Primero, destaca la cultura organizacional, cimentada en servicio, austeridad y acceso universal. Esta se materializa en el principio corporativo de que “nunca rechazaríamos a ningún paciente”, lo cual impone exigencias reales de productividad y sostenibilidad. Segundo, señala la visión empresarial aplicada a la salud: todos los procesos se analizan con la lógica de reducción de desperdicios y escalabilidad. En este marco, aproximadamente el 20% de los pacientes ingresa mediante convenios gubernamentales que subsidian su atención, articulación público-privada que refuerza la necesidad de márgenes ajustados y transparencia de costos. Tercero, subraya la inversión continua en capital humano y en la redefinición de roles clínicos, permitiendo que los médicos dediquen el 100 % de su tiempo al cuidado directo mientras sistemas automatizados gestionan tareas administrativas. Al describir este enfoque, el Dr. Shetty enfatiza que “La asistencia médica no es como la extracción de diamantes, ni como la extracción de petróleo… Consiste en personas que cuidan de otras personas”, recordando que la eficiencia se sustenta, ante todo, en la valorización del trabajo humano. Finalmente, la tecnología actúa como habilitador —no como fin— a través de soluciones digitales que eliminan cuellos de botella, desde la historia clínica electrónica hasta la gestión predictiva de inventarios. Con estos elementos integrados, Narayana Health demuestra que es posible alcanzar una eficiencia operativa excepcional en entornos de alta complejidad sin comprometer la calidad asistencial.

Factores clave de eficiencia en Narayana Health

La eficiencia alcanzada por Narayana Health no puede atribuirse a un solo elemento, sino a la interacción de varios factores convergentes. Entre ellos se destacan el compromiso institucional con la mejora continua, la cultura organizacional orientada al servicio, el rediseño de procesos clínicos con base en datos operativos y la articulación con el sistema de salud público. El Dr. Shetty enfatiza que aproximadamente el 20% de los pacientes proviene de programas estatales que subsidian la atención a poblaciones vulnerables, lo que ha permitido sostener el principio de que “nunca rechazaríamos a ningún paciente”. Además, sostiene que el sistema de salud está históricamente diseñado para atender a las personas sólo cuando están enfermas, y no para acompañarlas de forma continua, lo que lo hace ineficiente para quienes son grandes usuarios del sistema.

Atención primaria y el aprendizaje post-COVID-19

Uno de los aprendizajes más significativos que Narayana Health extrajo de la pandemia de COVID-19 fue la necesidad de fortalecer un modelo de atención primaria en salud proactivo y descentralizado. El Dr. Viren Prasad Shetty reconoce que, antes de la crisis, el sistema estaba excesivamente centrado en la atención hospitalaria, enfocado en intervenciones quirúrgicas y eventos agudos. No obstante, la pandemia expuso con claridad una falla estructural: “no estábamos abordando la causa de raíz: no estábamos invirtiendo en la salud de las personas cuando no están en el hospital”. Esta reflexión condujo a un cambio estratégico profundo: “le dimos la vuelta al guión… no vengas a nosotros cuando estés enfermo, ven cuando estés sano”. Con base en este principio, la institución impulsó la creación de redes de clínicas comunitarias, programas de seguimiento preventivo y esquemas de gestión anticipada del riesgo, orientados a detectar y manejar condiciones de salud antes de que requieran atención hospitalaria. La reorientación hacia la medicina poblacional reforzó el rol de la atención primaria como base estructural de un sistema de salud eficiente, resiliente y centrado en las necesidades reales de las personas.

Formación del talento humano y organización clínica

El Dr. Shetty subraya que uno de los pilares fundamentales del modelo es la formación sistemática y escalable del talento humano en salud, concebido no solo como recurso asistencial, sino como motor de transformación del sistema. Reconoce que, aunque India produce una de las mayores cantidades de médicos, enfermeros y técnicos clínicos en el mundo, existe una pérdida significativa de ese capital humano debido a la emigración hacia países desarrollados. Para enfrentar este desafío, Narayana Health ha desarrollado programas propios de capacitación para personal de enfermería, técnicos biomédicos y médicos residentes, con un enfoque en eficiencia clínica, trabajo en equipo y uso intensivo de tecnología.

El modelo abandona la lógica jerárquica tradicional —en la cual los médicos operan de manera individual, aislados o como autoridades incuestionables dentro de una cadena de mando vertical— y adopta estructuras colaborativas horizontales, donde las decisiones clínicas y operativas se comparten entre equipos multidisciplinarios. En este esquema, los médicos trabajan codo a codo con enfermeros, técnicos y asistentes clínicos, lo que permite distribuir responsabilidades de manera racional, maximizar el tiempo efectivo de atención y reducir cuellos de botella operativos. Esta reorganización no solo incrementa la productividad, sino que también dignifica el rol de cada profesional en la cadena de atención, fortaleciendo un ecosistema sanitario más eficiente, flexible y centrado en el paciente.

El modelo de Narayana Health otorga un valor estratégico a la eficiencia del médico como recurso altamente especializado, y organiza su estructura clínica para maximizar el tiempo productivo del profesional sin comprometer la calidad del cuidado. El objetivo no es que el médico esté presente físicamente con el paciente durante todo el proceso asistencial, sino que intervenga de forma precisa y oportuna en los momentos donde su juicio clínico agrega mayor valor. Esto se logra mediante un sistema de tareas delegadas, soportado por asistentes, enfermeros capacitados y plataformas digitales que permiten al médico concentrarse en la toma de decisiones clínicas y en el tratamiento directo. En contraste, el Dr. Shetty señala que en sistemas como el estadounidense, las barreras de tipo médico-legal y regulatorio impiden este nivel de delegación operativa, exigiendo la presencia continua del médico en actividades que, aunque necesarias, no requieren su intervención directa. Esta rigidez disminuye la eficiencia general del sistema, incrementa los costos y dificulta la atención de grandes volúmenes de pacientes. En el modelo indio, la autonomía organizacional permite rediseñar los flujos de trabajo clínico para liberar al médico de tareas administrativas o redundantes, garantizando así un mayor impacto asistencial por unidad de tiempo disponible.

Adaptación tecnológica con pertinencia local y un rediseño del modelo de negocio

El doctor establece una diferencia fundamental entre el enfoque estadounidense de innovación médica y la lógica operativa adoptada por Narayana Health en India, mientras que en Estados Unidos la prioridad suele centrarse en incorporar la tecnología médica más avanzada, sin restricciones significativas de costo, en India el desafío es diferente: hacer que la medicina de alta complejidad sea accesible para la mayoría de la población, lo cual exige una optimización continua de procesos, materiales y tiempos quirúrgicos. En lugar de perseguir exclusivamente la innovación de frontera, el sistema indio se enfoca en aplicar soluciones probadas bajo criterios de escalabilidad, eficiencia y sostenibilidad económica. En esa línea, Narayana Health ha desarrollado capacidades analíticas robustas, utilizando sus propias bases de datos clínicas internas para adaptar guías de manejo y protocolos terapéuticos a la realidad biológica y social de los pacientes indios. El Dr. Shetty señala que muchas recomendaciones clínicas internacionales, derivadas de estudios realizados en poblaciones occidentales, no siempre son válidas para la población india debido a diferencias genéticas, metabólicas y epidemiológicas. Por ello, el hospital realiza análisis comparativos y ajusta su práctica médica con base en evidencia local, generando un modelo clínico más pertinente, eficiente y centrado en la realidad de su población objetivo.

Conclusión: propuestas escalables para un sistema de salud sostenible

En sus conclusiones, el Dr. Viren Prasad Shetty enfatiza que los desafíos globales en salud —incluyendo la sostenibilidad financiera, el acceso equitativo y la eficiencia operativa— no son exclusivos de países con bajos ingresos, sino problemas estructurales compartidos por sistemas sanitarios de todo el mundo. Sostiene que no se trata simplemente de invertir más dinero, sino de replantear profundamente el modelo de atención, sus incentivos, estructuras organizacionales y procesos clínicos. Subraya que la mayoría de los sistemas de salud están diseñados para atender a las personas solo cuando están enfermas, y no para acompañar de manera continua a quienes son grandes usuarios del sistema, es decir, aquellos con enfermedades crónicas o condiciones complejas que requieren atención sostenida.

La transformación de los sistemas de salud en países de ingresos medios y altos no depende exclusivamente de recursos financieros o tecnológicos, sino de la capacidad de rediseñar sus fundamentos estructurales con criterios de eficiencia, equidad y propósito colectivo. Los modelos tradicionales, fuertemente influenciados por arquitecturas hospitalarias estadounidenses o europeas, suelen reproducir una lógica de alto costo, fragmentación operativa y rigidez normativa, que limita su capacidad de respuesta ante necesidades reales de la población. Frente a ello, emergen experiencias alternativas que demuestran que es posible ofrecer atención médica de alta calidad con infraestructuras livianas, automatización inteligente de procesos y una cultura organizacional centrada en resultados clínicos y humanos, no en volumen de facturación o complejidad técnica superflua.

La innovación real no se expresa en la incorporación inercial de tecnología de punta, sino en la reingeniería de procesos que eliminen redundancias, redistribuyan eficientemente el trabajo clínico y reduzcan los tiempos muertos del sistema. Optimizar el tiempo del médico, por ejemplo, no implica reducir la calidad del acto clínico, sino liberar al profesional de tareas administrativas o rutinarias que pueden ser asumidas por equipos de apoyo o sistemas digitales. Este enfoque requiere una revisión crítica de los marcos regulatorios vigentes, muchos de los cuales obstaculizan la implementación de modelos más flexibles y colaborativos, al privilegiar la formalidad legal sobre la efectividad funcional.

Asimismo, la formación del talento humano en salud debe evolucionar hacia una lógica de integración sistémica, donde el trabajo en red, la polivalencia profesional y la sensibilidad social se conviertan en competencias esenciales. La salud no puede seguir siendo concebida como una respuesta episódica al evento agudo, sino como un proceso continuo de cuidado, prevención y acompañamiento. Para ello, es indispensable consolidar sistemas que no solo atiendan a las personas cuando están enfermas, sino que las reconozcan como sujetos de cuidado permanente, especialmente cuando son grandes usuarios del sistema. Solo mediante un rediseño radical de la estructura y los incentivos será posible construir modelos sanitarios sostenibles, funcionales y genuinamente centrados en las personas.

Realizado por:
Diego F. Penagos López
INNOS – HUBiEX – Universidad El Bosque

 

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