por Coordinacion Innos | Dic 4, 2025 | Uncategorized
¿Cómo influyen los ecosistemas de innovación en la calidad de los sistemas de salud?
La innovación en salud se entiende como la generación de soluciones novedosas que hacen bien y se adoptan para cuidar y mejorar la salud, el sistema de salud y fortalecer la industria, los servicios y las tecnologías de la salud. (PINNOS, 2024). La innovación en salud tiene la capacidad de fortalecer y dinamizar los sistemas sanitarios, de forma que se hagan más eficientes y que consigan sus objetivos sociales. De la misma manera, la innovación en este sector apunta a fortalecer la industria, los servicios y las tecnologías dedicadas a la salud, en todos los niveles y para todas las problemáticas.
En un ambiente totalmente polarizado con respecto a la organización del sistema de salud en Colombia, surge una opción real y confiable que es el Ecosistema de Innovación en Salud. Se trata de una red bien organizada, dinámica, productiva y con altísima capacidad de generar soluciones probadas durante años. En momentos tan críticos como el actual, el Ecosistema de Innovación en Salud constituye un activo de alto valor para producir las soluciones que el sistema requiere.
Definición y Componentes del Ecosistema
Un Ecosistema de Innovación en Salud (EIS) es el conjunto de organizaciones, instituciones e individuos que trabajan para promover la innovación sanitaria. En un buen ecosistema se fomenta la colaboración entre actores de sectores diversos: salud, ciencia, tecnología, emprendimiento, educación, gobierno, sociedad civil, para transformar la sociedad y mejorar la calidad de vida de las comunidades respondiendo efectivamente a los desafíos propios de salud, a los enfrentan los sistemas de salud y a la oportunidad de desarrollar las industrias de tecnologías sanitarias.
Del ecosistema hacen parte una amplia variedad y número de actores, de los cuales son esenciales los emprendedores quienes generan las nuevas respuestas a necesidades apremiantes, así como a problemáticas estructurales. También es importante recalcar el papel de las universidades y centros de investigación quienes aportan conocimiento científico de alta calidad, las empresas prestadoras de servicios de salud, la industria farmacéutica y de dispositivos médicos, las compañías aseguradoras, e incluso las instituciones reguladoras que están en el gobierno.
Los pacientes y las organizaciones sociales y gremiales están totalmente vinculada con el Ecosistema y son cruciales en la producción de bienes y servicios de alta calidad y que estén acordes con las necesidades de la ciudadanía.
Para comprender los alcances y la importancia de la innovación en salud, es fundamental tener en mente que sólo mediante la interacción coordinada de entidades públicas y privadas en un verdadero Ecosistema de Innovación en Salud, se puede avanzar en los objetivos mencionados.
No existe, por ende, un ecosistema si no se construyen relaciones colaborativas entre actores que son en esencia, diversos.
Para comprender con mayor profundidad el valor del Ecosistema de Innovación en Salud en el país, hemos invitado a dos expertos, quienes están directamente vinculados con la innovación y el emprendimiento en este sector. Se trata de Jacobo Estrada, fundador y CEO de TeKer Salud y Diego Alejandro Rojas Villarraga, diseñador estratégico con capacidad de potenciar el desarrollo empresarial a través de la gestión estratégica de la Innovación e Investigación.
Les invitamos a escuchar sus reflexiones y sus recomendaciones para los próximos años, que aportan una mirada con conocimiento y experiencia, muy importante ante la coyuntura política que se aproxima y ante los desafíos del sistema sanitario. De esta forma les damos la bienvenida a un nuevo episodio de Territorios de Innovación en Salud.
Escucha completo el capito aquí: Episodio 11
por Coordinacion Innos | Dic 2, 2025 | Uncategorized
JOSE VLADIMIR GUZMAN RIVERA
Candidato a Doctor en Salud Pública, Magister en Epidemiología, Especialista en Gerencia en Salud Ocupacional, Enfermero
El análisis del comportamiento histórico del VIH y de su evolución en Colombia permite dimensionar la magnitud de los retos actuales. Desde 1981, cuando surgieron los primeros casos de inmunodeficiencia en Estados Unidos, hasta hoy, el mundo ha sido testigo de avances científicos y transformaciones sustanciales en los sistemas de salud. Lo que inicio como una enfermedad asociada a alta mortalidad, estigma y desconocimiento, se convirtió progresivamente en una condición crónica manejable gracias al desarrollo del tratamiento antirretroviral en 1987 y, de manera decisiva, con la llegada de la terapia antirretroviral de gran actividad en 1996. Esta transformación constituye uno de los logros más significativos de la medicina moderna.
En Colombia, según el Instituto Nacional de Salud, durante 2024 se notificaron 19.344 casos de personas que viven con VIH (PVV) confirmados por laboratorio, una reducción del 2,5 % frente a los 19.833 registrados en 2023. Sin embargo, esta tendencia no es similar en el territorio nacional: ciudades como Neiva, Cúcuta, Pereira, Ibagué, Valledupar, Bucaramanga y Medellín reportaron incrementos en las notificaciones respecto al año anterior. De acuerdo con estimaciones de ONUSIDA y el Ministerio de Salud, en el país viven alrededor de 185.954 personas con VIH, de las cuales cerca del 70 % conocen su diagnóstico, el 64 % reciben tratamiento antirretroviral y aproximadamente el 57 % logran supresión viral. Aunque estos indicadores reflejan avances, evidencian también una brecha considerable frente a la meta internacional 95-95-95 para 2030. El cual busca que, para esa fecha, el 95% de las personas que viven con el VIH conozcan su estado serológico, el 95% de ellas reciban terapia antirretroviral, y el 95% de las que reciben tratamiento tengan supresión viral.
Los avances terapéuticos han sido determinantes: actualmente existen medicamentos con menor toxicidad y esquemas que facilitan la adherencia y mejoran la calidad de vida. Asimismo, la evidencia científica ha demostrado que una persona con carga viral indetectable no transmite el virus, lo que representa un hito para la reducción del estigma y la prevención. Sin embargo, estos logros dependen de un elemento esencial: la continuidad, oportunidad y calidad de la atención en salud. La interrupción del tratamiento, incluso por lapsos breves, puede revertir años de control clínico y comprometer la salud individual y colectiva.
En este contexto, preocupa de manera particular la posible suspensión de los servicios que la IPS SIES Salud presta a los afiliados de Nueva EPS. La atención especializada para personas que viven con VIH/SIDA no puede ser reemplazada de forma inmediata ni en condiciones equivalentes, y su interrupción implica riesgos clínicos severos: aumento de la carga viral, aparición de resistencias, progresión a SIDA y mayor mortalidad. En pacientes con supresión viral, la suspensión del tratamiento compromete la estabilidad lograda; en quienes inician proceso terapéutico, afecta la etapa crítica de adherencia.
Estas interrupciones también deterioran la confianza en el sistema de salud, incrementan la ansiedad de los pacientes y profundizan las barreras de acceso, especialmente en poblaciones vulnerables. Desde la perspectiva epidemiológica, las consecuencias son aún más graves: el aumento de la carga viral en los pacientes que viven con VIH eleva el riesgo de transmisión y amenaza con hacer retroceder los avances alcanzados durante más de dos décadas. La literatura internacional señala que la discontinuidad del tratamiento antirretroviral, incluso por pocas semanas, puede incrementar la transmisión entre un 12 % y 15 % en escenarios urbanos de alta prevalencia.
Para el sistema de salud colombiano, la eventual salida de un prestador especializado como SIES Salud generaría una sobrecarga para otras instituciones, afectaría la cadena de suministro de medicamentos y obligaría a un proceso complejo de reasignación de miles de pacientes. Esto suele traducirse en retrasos, pérdida de seguimiento clínico y deterioro de la calidad de la atención. En este marco, la continuidad del tratamiento antirretroviral es un derecho fundamental protegido por el artículo 49 de la Constitución Política, además la Ley Estatutaria 1751 de 2015, regula este derecho, estableciendo que la salud es un derecho fundamental autónomo y que los servicios deben ser garantizados con oportunidad, continuidad, eficacia y calidad.
La experiencia internacional demuestra que los sistemas de salud que han hecho avances sostenidos frente al VIH se caracterizan por modelos de atención integrados, estables y centrados en la persona. Mientras países como Brasil y Argentina operan con provisiones estatales robustas, Colombia continúa dependiendo de modelos fragmentados y de prestadores privados cuya capacidad técnica y financiera es variable. En este escenario, una eventual interrupción de los servicios de SIES Salud no constituiría una reestructuración administrativa, sino un evento de alto impacto clínico y epidemiológico con riesgo de aumentar la morbilidad, la mortalidad, la transmisión del virus y el retroceso en indicadores de salud pública.
El país no puede permitir retrocesos epidemiológicos evitables ni interrupciones en la atención de una condición que requiere continuidad absoluta. Es por esto que desde la academia hacemos un llamado urgente a los tomadores de decisiones del país para que se adopten las medidas necesarias que eviten la interrupción de los servicios prestados por SIES Salud, una situación que podría desencadenar una crisis mayor en el sistema de salud dada la eventual suspensión de una red de atención especializada. Es indispensable fortalecer las políticas públicas, consolidar modelos de atención estables y garantizar que los avances terapéuticos construidos durante cuatro décadas no se vean comprometidos por fallas administrativas o estructurales. En un país donde miles de personas dependen diariamente de la continuidad de su tratamiento.
por Coordinacion Innos | Dic 2, 2025 | Uncategorized
Continuando con el análisis del informe de la OCDE sobre los sistemas de salud de sus integrantes, que comenzamos hace algunos días con el análisis de los indicadores del Estado de Salud; ahora revisaremos algunos de los indicadores de Determinantes sociales, Factores de Riesgo, Acceso y Calidad de la atención, de Colombia, tomando referencias a otros países con desempeño sobresaliente y a los promedios generales de la OCDE.
Factores de riesgo y determinantes sociales
- En Colombia, solo el 9,8% de las personas fuma a diario, un poco menos que el promedio de la OCDE, que es 14,8%. No obstante, este promedio es mucho más alto que el de Islandia (5,6%) y Costa Rica (6,2%). También es importante señalar que en Colombia la diferencia entre hombres y mujeres es muy grande. El promedio de fumadores hombres fue de 13,8% y el de mujeres 6,0%. Según el reporte, este dato es de 2019, lo cual también debe tenerse en cuenta al momento de tomar decisiones o diseñar estrategias de intervención.
- El uso de drogas ilícitas (en general) no tiene dato para Colombia en este reporte. Es importante mencionar que sí hay datos del uso de cocaína y opioides en el último año. Con respecto a cocaína, Colombia presenta un promedio de consumo de 0,62% en población de 15 a 65 años. Este dato es la mitad del promedio OCDE, con 1,3%. El mayor promedio es de Australia con 4,5%. En cuanto a los opioides, el comportamiento del indicador es similar, con un 0,3%, mientras la media de OCDE es 0,7% y el dato más alto es de Estados Unidos, con 3,6%
- El consumo de alcohol también es menor en Colombia con 4,2 litros por persona al año, frente a 8,5 en promedio en la OCDE. El consumo muestra un aumento en Colombia entre 2013 con un promedio de 3,5 hasta el de 4,2 de 2023. El país con el mayor promedio de los 37 analizados es Rumania con 12,3.
- Contaminación atmosférica: Los datos OCDE 2025 muestran exposición poblacional a la contaminación por material particulado de 2,5 micras en el aire. En promedio, la gente en los países de la OCDE estuvo expuesta a 11,2 microgramos de partículas finas (PM2.5) por metro cúbico en 2020. Solo Finlandia logró estar por debajo del límite recomendado por la OMS, que es de 5 microgramos por metro cúbico. En cuanto a Colombia, el dato publicado es de 14 microgramos por metro cúbico en 2020, lo que ubica al país por encima del promedio OCDE. India tiene el nivel más alto con 47.
- De otra parte, se presentaron datos de emisión de gases de efecto invernadero. En este indicador Colombia está dentro de los países con menor aporte de estos contaminantes con 2,8%. Este indicador es el resultado de un modelo que calcula cuántas emisiones se generan por la demanda de servicios de salud, que incluyen las que se producen dentro de los hospitales y clínicas y las que surgen al suministrarles energía, fabricar los insumos que usan y en toda la cadena de suministro. El promedio de OCDE fue: 4,4% y Estados Unidos en el nivel más alto con 6,8%
- En promedio, el 35% de los adultos en Colombia no hace suficiente actividad física. Este dato es menor en hombres (28%) que en mujeres (41%). El porcentaje promedio es más alto que el de la OCDE (30%). El mejor resultado es de Suecia con 11%.
Acceso, calidad y satisfacción ciudadana
- El Acceso a los servicios de salud (cobertura de afiliación) en Colombia llega hasta el 99%, que es un punto más alto que el promedio OCDE. En este informe, con datos de 2024, 21 países reportaron cobertura del 100%. El dato más bajo es de México con 78%. Llama la atención que el tercer dato más bajo es de Estados Unidos, con 92%.
- Sin embargo, la Satisfacción de los usuarios con el servicio en Colombia solo alcanza a ser del 46% de las personas que opinan que la accesibilidad a la atención es buena, mientras que el promedio de la OCDE es de 67%.
- La disponibilidad de camas hospitalarias por 1.000 habitantes para Colombia fue de 1,9 en 2023. El promedio OCDE es de 4,2 y el dato más alto es de Corea con 12,6 camas por cada 1.000 habitantes. El resultado más bajo es de México con 1,0.
- Se presentan porcentajes de niños elegibles que han recibido dos dosis de una vacuna contra el sarampión y tres dosis de la vacuna contra difteria, tétanos y tos ferina, en 2024. El 89% de los niños elegibles fueron vacunados contra DTP en Colombia, cifra inferior al promedio de la OCDE que es 93%. En cuanto a sarampión, Colombia llegó al 86% y el promedio OCDE es de 89%.
Datos no disponibles para Colombia:
La ausencia de algunos datos del país en este reporte es un aspecto para analizar. Sería importante establecer las causas de no contar con estos datos, porque, según se indica, provienen de fuentes oficiales y de estadísticas que deberían estar disponibles para su análisis y para que sirvan de base en la definición de estrategias e intervenciones. A continuación, presentamos un breve listado de algunos datos que no aparecen en el informe, con respecto a los indicadores que previamente se han revisado.
- No hay datos sobre la frecuencia de uso de vapeadores en población de 15 años o más.
- No hay datos comparables sobre cuántas personas se consideran obesas.
- No hay datos comparables disponibles sobre consumo de alcohol en adolescentes.
- No hay datos disponibles sobre necesidades en salud no atendidas.
- No hay datos sobre población mayor de 65 años vacunada contra influenza.
- No hay datos sobre cobertura de tamizaje de cáncer de colon, cervicouterino ni de mamografías.
Análisis y conclusiones.
Colombia presenta una cobertura sanitaria cercana al 99%, pero los resultados en salud siguen rezagados frente al promedio de la OCDE. La satisfacción ciudadana alcanza solo el 46%, frente al 67% en la OCDE. Se recomienda fortalecer la atención primaria, la prevención, la inversión en recursos humanos y la calidad del servicio.
Aunque la cobertura poblacional es muy alta no se traduce en resultados proporcionales en satisfacción ni en los resultados analizados anteriormente, sobre morbilidad y mortalidad.
Los datos sobre algunos factores de riesgo como el consumo de tabaco y alcohol son positivos al compararlos con el resto de los países de la OCDE, pero deben analizarse con mayor profundidad, revisando distribución poblacional, por zonas geográficas y distintos rangos de edad y grupos específicos. No pueden considerarse un triunfo del sistema ni bajar la guardia en su seguimiento y control.
Algo similar ocurre con la contaminación por material particulado, que no es muy alta al compararla con el resto de los países. Sin embargo, no es de ninguna forma, un resultado positivo y, seguramente si se analiza por regiones y se comparan zonas urbanas e industriales con zonas rurales, los niveles serán preocupantes para los centros con mayor población, lo cual aumenta significativamente la exposición a este contaminante, y a otros no evaluados en este reporte.
La vacunación también debe revisarse con cuidado, porque Colombia históricamente ha tenido niveles muy altos y coberturas útiles en el Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI). Aún así, los datos que muestra la OCDE no reflejan estas tendencias y hacen pensar en que debe mejorar la cobertura de vacunación en el país.
Finalmente, este informe debe considerarse como un insumo útil para su revisión en espacios académicos y del gobierno, de forma tal que sirva para resolver las brechas de información (datos ausentes) y para revisar y fortalecer las intervenciones y las políticas públicas del país en materia de salud y bienestar general. Los datos muestran avances, así como debilidades y grandes oportunidades de mejora para Colombia.
*Fuente principal: OECD Health at a Glance 2025 – Country Notes (Colombia) y OECD Health Statistics 2025.
por INNOS | Nov 24, 2025 | Uncategorized
Las ENT son las principales causantes de mortalidad en Colombia y en el Mundo. La innovación ofrece nuevas perspectivas y respuestas para enfrentarlas.
En este grupo encontramos las enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas. A nivel global son las responsables de más de 43 millones de muertes al año. En Colombia el DANE informó que ocurrieron más de 63.000 muertes en 2024, por enfermedades del cardio y cerebro vasculares.
En América Latina, las ENT constituyen uno de los mayores desafíos para los sistemas de salud. Para enfrentarlas se re requieren recursos adicionales a los disponibles, porque estas enfermedades generan costos muy altos a los sistemas sanitarios y tienen efectos profundos en el crecimiento económico. Según el estudio publicado por el DANE, en 2022 las enfermedades cardiovasculares generaron una pérdida entre el 0,5% y el 1% del PIB del país.
Según un estudio reciente publicado por FIFARMA el impacto socioeconómico de las ENT es muy significativo en las economías de varios países de la región:
| País |
% PIB |
Monto (USD millones) |
Enfermedades destacadas |
| Argentina |
6,4 |
38.200 |
Cardiovasculares |
| Brasil |
4,1 |
77.100 |
Neoplasias |
| México |
3,6 |
46.700 |
Diabetes |
| Colombia |
3,1 |
10.900 |
Cardiovasculares, Neoplasias, Diabetes |
| Chile |
4,1 |
11.700 |
Neoplasias, Diabetes |
| Ecuador |
3,5 |
3.600 |
Diabetes, Cardiovasculares, Neoplasias |
| Costa Rica |
4 |
2.800 |
Diabetes, Cardiovasculares, Neoplasias |
| Perú |
2,5 |
5.600 |
Neoplasias |
Fuente: FIFARMA- WIFOR. Carga socioeconómica de las principales enfermedades en ocho países de América Latina. (https://fifarma.org/wp-content/uploads/2024/07/TR-EN-ES-SoC-burden-in-Latinoamerica-General-White-paper.-110620241.pdf)
La inversión y la investigación en ENT en el mundo están entre las prioridades de gobiernos y sector privado. De esta forma, ha sido posible desarrollar permanentemente, nuevas estrategias y nuevos medicamentos y dispositivos para intervenir desde la prevención hasta la rehabilitación y el cuidado paliativo. Todo ello acompañado de grandes apuestas económicas en la investigación básica biomédica y en la farmacéutica.
Así mismo, se han desarrollado acciones exitosas de salud pública, que incluyen la promoción de Ambientes libres de humo, el desarrollo de etiquetado nutricional frontal y campañas de información y comunicación del riesgo, que han mostrado resultados positivos en varios países.
Todo lo anterior, acompañado por políticas de fomento al consumo de alimentos saludables, especialmente en niños, niñas y jóvenes, y restricciones a la publicidad de tabaco y alcohol están siendo implementadas con éxito en muchos países del mundo, incluyendo algunos en América Latina.
Las ENT, además, tienen relación directa con la salud mental y actualmente se desarrollan enfoques de atención primaria, que integran las intervenciones también en este campo, para lograr mejores resultados.
Nuevas tecnologías para las ENT.
Múltiples soluciones basadas en inteligencia artificial apoyan actualmente la vigilancia epidemiológica para detectar amenazas sanitarias, incluyendo ENT, de forma más rápida y precisa. Junto con estas nuevas estrategias, la utilización cada vez mayor de dispositivos personalizados para el monitoreo de hábitos que se potencializan con el manejo y análisis de grandes bases de datos; constituyen avances importantes en el enfoque y tratamiento de las ENT.
También es importante destacar los avances en salud digital, que han ampliado la cobertura y el acceso en zonas rurales y en zonas urbanas periféricas con déficit en la prestación de servicios de atención primaria. Con ello se ha ampliado el acceso a pruebas diagnósticas para el cáncer, mejorando la oportunidad en la identificación de la enfermedad en etapas tempranas.
Nuestros invitados a este nuevo episodio de Territorios de Innovación en salud, la doctora Diana Marcela Forero, experta en salud pública y el doctor Wilson Cubides Martínez, conocedor en profundidad de la problemática del cáncer en nuestro país, nos aportan valiosos conceptos y sus conocimientos en el campo de la prevención, haciendo énfasis en la necesidad de un trabajo colaborativo intersectorial, que fortalezca las estrategias preventivas y aproveche las nuevas tecnologías para mejorar la identificación temprana y la gestión global del riesgo para las ENT. Ambos reconocen los grandes avances de nuestro país en prevención y tratamiento y los aportes de los emprendedores y de la industria para enfrentar el aumento y el gran impacto de estas enfermedades.
De esta forma les invitamos a escuchar este nuevo episodio de Territorios de Innovación en Salud.
Bienvenidos.
por INNOS | Nov 21, 2025 | Uncategorized
El 13 de noviembre pasado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicó su informe sobre el desempeño de los sistemas de salud de los países miembros. Este reporte se construye a partir de fuentes de información oficial y permite establecer una perspectiva general de los sistemas sanitarios, así como comparaciones entre países y con respecto al promedio de toda la organización.
A continuación, presentamos un análisis de algunos aspectos muy relevantes del informe en su versión 2025, con énfasis en Colombia y en comparación con los resultados medios de la OCDE, así como con algunos países que muestran cifras de interés y de referencia en cada indicador.
Resumen del informe OCDE
El Panorama de la Salud (Health at a Glance) se construye mediante una selección de indicadores específicos sobre varios aspectos de salud pública y desempeño de los sistemas de salud. Estos indicadores se evalúan por cada país miembro de la OCDE, e incluyen los socios estratégicos y los países candidatos a adhesión. Los análisis que presenta el reporte y los datos se obtienen de estadísticas nacionales oficiales más recientes y comparables junto con otras fuentes complementarias.
Según se ha publicado, en la versión 2025, los indicadores elegidos se analizaron para presentar diferencias entre países y a lo largo del tiempo, en cuanto a las siguientes categorías:
- Estado de salud,
- Determinantes Sociales,
- Factores de riesgo,
- Acceso y calidad de la atención,
- Gasto sanitario y
- Recursos del sistema de salud.
El reporte contiene un capítulo especial enfocado a analizar y comparar condiciones de género y salud.
En esta nota vamos a analizar los indicadores de Estado de salud y de esperanza de vida del país, con respecto a los promedios de la OCDE.
Estado de salud y esperanza de vida
- Esperanza de vida al nacer: Colombia presenta un promedio de 77,5 años frente a los 81 años de promedio de la OCDE, lo cual es un resultado negativo ante este grupo de países. Este dato, que es de 2023, es 3,2 años más alto para Colombia con respecto al de hace 10 años, lo cual indica un incremento cercano al 4% en este periodo. Los países con mejor resultado son Suiza, Japón y España; todos por encima de 84 años en promedio.
- Mortalidad evitable: Este indicador se divide en dos indicadores: Mortalidad Prevenible y Mortalidad Tratable. Colombia tiene resultados deficientes y peores que el promedio de la OCDE en ambos. De una parte, en Mortalidad Prevenible tiene 304 muertes por 100.000 habitantes y, de otra parte, en Mortalidad Tratable en el país tiene un promedio de 115 muertes por 100.000 habitantes. Ambos datos corresponden al año 2024. Cuando se acumulan para construir el indicador de Mortalidad Evitable, Colombia queda en último lugar con 419 muertes por 100.000 habitantes, muy por encima del promedio OCDE que es de 222. El mejor desempeño lo tiene Suiza con 114 muertes por 100.000 habitantes, casi la mitad de Colombia.
Según el informe, la Mortalidad Prevenible se refiere a enfermedades infecciosas y lesiones, entre otras afecciones asociadas con factores de riesgo como el consumo de tabaco, vinculado a cánceres y enfermedades cardiovasculares; mientras que la Mortalidad Tratable incluye enfermedades circulatorias, como infarto cardiaco y accidente cerebrovascular, y condiciones metabólicas como diabetes y cáncer.
- Mortalidad infantil: 16,8 por 1.000 nacidos vivos (dato de 2021) que también es uno de los más elevados del conjunto de países. Frente al promedio OCDE que fue 4,0, es uno de los datos más preocupantes, a pesar de que la tendencia ha sido positiva en el país, que logró una reducción de 20,7 en 2013 al 16,8 de 2021. Los mejores resultados son de Japón y Finlandia con 1,8 y 1,9 respectivamente.
- Mortalidad materna: Colombia muestra una reducción del indicador entre el periodo de 2011 a 2013 y el periodo más reciente de 2021 a 2023. En el primero el promedio del indicador fue 63,3 muertes por 100.000 nacidos vivos y en el segundo el promedio fue de 59,9 por 100.000 nacidos vivos. Este es un avance de 3,4 en el indicador, que, en todo caso, resulta insuficiente al compararlo con los demás países de la OCDE. Colombia tiene el segundo dato más alto, superada solo por Perú y lejos del promedio OCDE que fue: 10,3. El mejor desempeño es de Islandia e Irlanda ambos con 0,0 muertes en el periodo de 2021 a 2023.
- Cáncer: El informe muestra que Colombia tiene niveles relativamente bajos de incidencia y mortalidad por cáncer, en comparación con los demás países y con el promedio OCDE. Para 2022 la incidencia en el país fue: 178 por 100.000 habitantes, la sexta más baja de los 38 países (promedio OCDE: 291). En cuanto a la mortalidad, el comportamiento del indicador es similar, siendo el octavo más bajo del grupo de países, con 163 casos por 100.000 habitantes, frente a 191 del promedio OCDE, en el mismo año 2022.
- Salud mental: Si bien el informe presenta varios indicadores de salud mental, algunos de ellos provienen de encuestas poblacionales y no todos los países cuentan con datos de estas encuestas. Este es el caso de Colombia, del que no se dispone de información para los indicadores de autorreporte del estado de salud. No obstante, existe el indicador de suicidios que también es analizado y comparado con los demás países y con el promedio OCDE. Colombia tiene un nivel bajo de suicidios con una tasa estandarizada por edad de 6,2 por 100.000 habitantes, frente al promedio OCDE que fue de:10,7. En Colombia llama la atención la gran diferencia de tasas de suicidio entre hombres y mujeres porque para los hombres fue de 10,8 frente a 2,1 de las mujeres. Esta diferencia se mantiene en todos los países, aunque no es tan amplia en algunos de ellos ni en el promedio general que fue de 5,0 para mujeres frente a 17,2 para hombres.
Al analizar este primer grupo de indicadores se pueden extraer algunas conclusiones:
1) Esperanza de vida
- Brecha negativa frente a la OCDE (77,5 vs 81 años).
- Tendencia nacional al alza: +3,2 años en una década (~4%), lo que indica progreso sostenido, pero insuficiente para converger con el promedio OCDE.
2) Mortalidad evitable
- Colombia queda última en el agregado (419/100.000), y por encima del promedio OCDE (222).
- Prevenible (304/100.000): sugiere déficits en prevención y control de riesgos (infecciosas, lesiones, tabaco, etc.).
- Tratable (115/100.000): señala brechas en diagnóstico oportuno y calidad de la atención.
- Implica que el acceso nominal no está logrando traducción efectiva en resultados (fallas en continuidad, oportunidad y resolutividad, especialmente en redes de urgencias y crónicas).
3) Mortalidad infantil (MI)
- 16,8 por 1.000 NV (2021) frente a 4,0 OCDE: rezago importante pese a la reducción desde 2013.
- Apunta a cuellos de botella en periodo perinatal y neonatal (control prenatal, parto seguro, RCP neonatal).
4) Mortalidad materna (MM)
- Descenso leve (63,3 → 59,9 por 100.000 NV), pero segundo dato más alto del conjunto y muy lejos del promedio OCDE (10,3).
- Sugiere brechas en urgencias obstétricas, referencia y contrarreferencia, transporte sanitario y calidad del parto y posparto.
5) Cáncer
- Incidencia (178) y mortalidad (163) por 100.000 en 2022 menores al promedio OCDE (291 y 191).
- Posible subregistro (p. ej., tamizajes, oportunidad diagnóstica). El buen resultado podría combinar menor incidencia real con diagnóstico tardío
6) Salud mental
- Tasa de suicidio baja (6,2/100.000) vs OCDE (10,7), pero brecha de género marcada (H: 10,8 vs M: 2,1).
- Falta de indicadores de autorreporte limita la lectura integral.
Conclusiones
- Cobertura ≠ resultados: el país ha avanzado en cobertura y ganado años de vida, pero no se transforma ese acceso en reducción de mortalidad evitable, especialmente en prevenible (riesgos, lesiones, infecciosas) y en tratable (IAM, ACV, diabetes, cáncer).
- Nudos críticos materno‑infantiles: Mortalidad Infantil y Mortalidad Materna son los rezagos más notorios frente a OCDE, concentrando pérdidas de AVPP (años de vida potencialmente perdidos) en etapas sensibles del curso de vida.
- Enfermedades crónicas y urgencias tiempo‑dependientes: las cifras evidencian brechas en la cadena de valor clínica (detección, adherencia, continuidad, traslado y respuesta hospitalaria).
- Datos de Cáncer aparentemente favorables, deben ser analizados con prudencia. Conviene triangular con registros poblacionales, tamizajes y estadios al diagnóstico para evitar falsas lecturas optimistas por subregistro.
- Salud mental: baja mortalidad por suicidio es positiva, pero la diferencia por sexo exige intervenciones focalizadas en hombres y vigilancia de otras métricas (intentos, consumo problemático, violencia).
- Gestión basada en datos: la ausencia de algunos indicadores (autorreporte, y encuestas poblacionales masivas) obstaculiza la evaluación y el pilotaje fino de políticas.
Este informe aporta información muy valiosa para entender la situación actual de salud en el país y ver el comportamiento de un grupo de países comparables, aunque en mejor situación que Colombia, dado que son los de mayor desarrollo social y económico en el mundo. Es fundamental analizar cada dato teniendo en cuenta su temporalidad para comprender las tendencias y los rezagos de información que todavía se presentan. Queda, sin dudas, mucho esfuerzo por hacer para avanzar hacia los niveles de los países que lideran en estos indicadores.
Próximamente continuaremos con el análisis de este interesante reporte, revisando otro grupo de indicadores y cómo está Colombia frente los referentes internacionales en salud.
*Fuente principal: OECD Health at a Glance 2025 – Country Notes (Colombia) y OECD Health Statistics 2025.
por INNOS | Nov 10, 2025 | Uncategorized
En todos los diagnósticos que se han hecho de la situación del sistema de salud, uno de los aspectos críticos es la gran diferencia que existe entre las zonas rurales y urbanas del país, en todo lo que se refiere a infraestructura, acceso y disponibilidad de servicios básicos, incluyendo la conectividad y las telecomunicaciones.
De no superarse esta desigualdad tan marcada, es poco probable que los avances en la gestión del territorio se consigan en el corto y mediano plazo y que estos dinamicen los cambios que necesita la comunidad.
La gestión territorial de la salud en Colombia ha experimentado transformaciones significativas en las últimas décadas, impulsadas por la necesidad de mejorar la eficiencia, la equidad y la calidad en la prestación de servicios. El Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS), establecido mediante la Ley 100 de 1993, ha sido el marco normativo que ha permitido la implementación de estrategias innovadoras para abordar las necesidades de salud en diferentes regiones del país. Estas estrategias se han enfocado en la optimización de recursos, la integración de tecnologías y la promoción de la participación comunitaria.
Según datos publicados recientemente, la cobertura de servicios de salud digital en zonas rurales es menor al 1%, particularmente en telemedicina, atención en salud mental y pruebas diagnósticas como la mamografía. En el 10% de los municipios del país hay sólo un médico y un 37% de los municipios de las zonas rurales tiene una cobertura de internet menor al 1%.
En opinión de uno de los expertos invitados a este episodio de Territorios de Innovación en Salud, Álvaro Puerto Valencia, presidente y cofundador de SIES Salud. Administrador de empresas, especialista en marketing de servicios y finanzas corporativas, MBA en administración de empresas; para avanzar en una gestión territorial eficaz debe existir un proceso de caracterización de la población, que permita mapear la oferta y la demanda de servicios, esto es, la disponibilidad tanto de infraestructuras como de profesionales, para que los datos se puedan correlacionar y encontrar donde están las mayores necesidades. Para ello se debe utilizar la tecnología disponible en este momento. Es clave poder interconectar todos los datos que se tienen desde distintas entidades públicas y privadas.
Así mismo, el doctor Luis Fernando Gutiérrez, Profesor Titular en la Facultad de Medicina y director del Doctorado en salud pública de la Universidad El Bosque; plantea además que, todavía existe mucha fragmentación en los sistemas de salud, especialmente en zonas rurales y dispersas. Al mismo tiempo, los servicios de salud en las áreas urbanas de mayor población como las localidades Kennedy, Bosa y Ciudad Bolívar, en Bogotá, tienen alta saturación y déficit de oferta de prestadores de servicios; lo cual profundiza las brechas en acceso, calidad y equidad en la atención sanitaria.
En el país existe un marco regulatorio, con el decreto 0351 del 27 de marzo de 2025, por el cual se adopta el adopta el Plan Nacional de Salud Rural (PNSR). Esta es una política pública orientada a lograr la transformación de la atención de la salud en las zonas rurales y rurales dispersas del país. No obstante, los desafíos de la atención y el fortalecimiento de capacidades todavía están lejos de resolverse y se requiere un trabajo coordinado y continuado, que permita avanzar de forma sistemática, para que no continúen estas profundas diferencias entre grandes ciudades y municipios más pequeños.
Tales desafíos se están hoy enfrentando con ayuda de las nuevas tecnologías. La integración herramientas novedosas en las redes de servicios de salud será un factor clave para mejorar la eficiencia y la calidad de la atención en Colombia. La telemedicina, por ejemplo, será una de las opciones para superar las barreras geográficas y llevar servicios de salud especializados a zonas remotas. El desarrollo tecnológico continuará, de esta forma, transformando la prestación de servicios de salud, permitiendo una mayor conectividad y acceso a información en tiempo real.
De esta forma les invitamos a este nuevo episodio de Territorios de Innovación en salud, en el que trataremos a fondo los aspectos centrales de las redes de servicios de salud y cómo constituyen una respuesta eficaz para superar brechas y lograr mayor accesibilidad e integralidad en los servicios. Escucha el podcast completo aquí