Innovación en Salud: Base para la Transformación, Sostenibilidad y Resiliencia del Sistema de Salud

Innovación en Salud: Base para la Transformación, Sostenibilidad y Resiliencia del Sistema de Salud

¿Cómo influyen los ecosistemas de innovación en la calidad de los sistemas de salud?

La innovación en salud se entiende como la generación de soluciones novedosas que hacen bien y se adoptan para cuidar y mejorar la salud, el sistema de salud y fortalecer la industria, los servicios y las tecnologías de la salud. (PINNOS, 2024). La innovación en salud tiene la capacidad de fortalecer y dinamizar los sistemas sanitarios, de forma que se hagan más eficientes y que consigan sus objetivos sociales. De la misma manera, la innovación en este sector apunta a fortalecer la industria, los servicios y las tecnologías dedicadas a la salud, en todos los niveles y para todas las problemáticas.

En un ambiente totalmente polarizado con respecto a la organización del sistema de salud en Colombia, surge una opción real y confiable que es el Ecosistema de Innovación en Salud.  Se trata de una red bien organizada, dinámica, productiva y con altísima capacidad de generar soluciones probadas durante años. En momentos tan críticos como el actual, el Ecosistema de Innovación en Salud constituye un activo de alto valor para producir las soluciones que el sistema requiere.

Definición y Componentes del Ecosistema 

Un Ecosistema de Innovación en Salud (EIS) es el conjunto de organizaciones, instituciones e individuos que trabajan para promover la innovación sanitaria. En un buen ecosistema se fomenta la colaboración entre actores de sectores diversos: salud, ciencia, tecnología, emprendimiento, educación, gobierno, sociedad civil, para transformar la sociedad y mejorar la calidad de vida de las comunidades respondiendo efectivamente a los desafíos propios de salud, a los enfrentan los sistemas de salud y a la oportunidad de desarrollar las industrias de tecnologías sanitarias.

Del ecosistema hacen parte una amplia variedad y número de actores, de los cuales son esenciales los emprendedores quienes generan las nuevas respuestas a necesidades apremiantes, así como a problemáticas estructurales. También es importante recalcar el papel de las universidades y centros de investigación quienes aportan conocimiento científico de alta calidad, las empresas prestadoras de servicios de salud, la industria farmacéutica y de dispositivos médicos, las compañías aseguradoras, e incluso las instituciones reguladoras que están en el gobierno.

Los pacientes y las organizaciones sociales y gremiales están totalmente vinculada con el Ecosistema y son cruciales en la producción de bienes y servicios de alta calidad y que estén acordes con las necesidades de la ciudadanía.

Para comprender los alcances y la importancia de la innovación en salud, es fundamental tener en mente que sólo mediante la interacción coordinada de entidades públicas y privadas en un verdadero Ecosistema de Innovación en Salud, se puede avanzar en los objetivos mencionados.

No existe, por ende, un ecosistema si no se construyen relaciones colaborativas entre actores que son en esencia, diversos.

Para comprender con mayor profundidad el valor del Ecosistema de Innovación en Salud en el país, hemos invitado a dos expertos, quienes están directamente vinculados con la innovación y el emprendimiento en este sector. Se trata de Jacobo Estrada, fundador y CEO de TeKer Salud y Diego Alejandro Rojas Villarraga, diseñador estratégico con capacidad de potenciar el desarrollo empresarial a través de la gestión estratégica de la Innovación e Investigación.

Les invitamos a escuchar sus reflexiones y sus recomendaciones para los próximos años, que aportan una mirada con conocimiento y experiencia, muy importante ante la coyuntura política que se aproxima y ante los desafíos del sistema sanitario. De esta forma les damos la bienvenida a un nuevo episodio de Territorios de Innovación en Salud.

Escucha completo el capito aquí: Episodio 11 

Salud Pública en el Contexto del VIH/SIDA en Colombia: Alerta Epidemiológica ante la Interrupción de Servicios de la Principal IPS Especializada

Salud Pública en el Contexto del VIH/SIDA en Colombia: Alerta Epidemiológica ante la Interrupción de Servicios de la Principal IPS Especializada

JOSE VLADIMIR GUZMAN RIVERA

Candidato a Doctor en Salud Pública, Magister en Epidemiología, Especialista en Gerencia en Salud Ocupacional, Enfermero

El análisis del comportamiento histórico del VIH y de su evolución en Colombia permite dimensionar la magnitud de los retos actuales. Desde 1981, cuando surgieron los primeros casos de inmunodeficiencia en Estados Unidos, hasta hoy, el mundo ha sido testigo de avances científicos y transformaciones sustanciales en los sistemas de salud. Lo que inicio como una enfermedad asociada a alta mortalidad, estigma y desconocimiento, se convirtió progresivamente en una condición crónica manejable gracias al desarrollo del tratamiento antirretroviral en 1987 y, de manera decisiva, con la llegada de la terapia antirretroviral de gran actividad en 1996. Esta transformación constituye uno de los logros más significativos de la medicina moderna.

En Colombia, según el Instituto Nacional de Salud, durante 2024 se notificaron 19.344 casos de personas que viven con VIH (PVV) confirmados por laboratorio, una reducción del 2,5 % frente a los 19.833 registrados en 2023. Sin embargo, esta tendencia no es similar en el territorio nacional: ciudades como Neiva, Cúcuta, Pereira, Ibagué, Valledupar, Bucaramanga y Medellín reportaron incrementos en las notificaciones respecto al año anterior. De acuerdo con estimaciones de ONUSIDA y el Ministerio de Salud, en el país viven alrededor de 185.954 personas con VIH, de las cuales cerca del 70 % conocen su diagnóstico, el 64 % reciben tratamiento antirretroviral y aproximadamente el 57 % logran supresión viral. Aunque estos indicadores reflejan avances, evidencian también una brecha considerable frente a la meta internacional 95-95-95 para 2030. El cual busca que, para esa fecha, el 95% de las personas que viven con el VIH conozcan su estado serológico, el 95% de ellas reciban terapia antirretroviral, y el 95% de las que reciben tratamiento tengan supresión viral.

Los avances terapéuticos han sido determinantes: actualmente existen medicamentos con menor toxicidad y esquemas que facilitan la adherencia y mejoran la calidad de vida. Asimismo, la evidencia científica ha demostrado que una persona con carga viral indetectable no transmite el virus, lo que representa un hito para la reducción del estigma y la prevención. Sin embargo, estos logros dependen de un elemento esencial: la continuidad, oportunidad y calidad de la atención en salud. La interrupción del tratamiento, incluso por lapsos breves, puede revertir años de control clínico y comprometer la salud individual y colectiva.

En este contexto, preocupa de manera particular la posible suspensión de los servicios que la IPS SIES Salud presta a los afiliados de Nueva EPS. La atención especializada para personas que viven con VIH/SIDA no puede ser reemplazada de forma inmediata ni en condiciones equivalentes, y su interrupción implica riesgos clínicos severos: aumento de la carga viral, aparición de resistencias, progresión a SIDA y mayor mortalidad. En pacientes con supresión viral, la suspensión del tratamiento compromete la estabilidad lograda; en quienes inician proceso terapéutico, afecta la etapa crítica de adherencia.

Estas interrupciones también deterioran la confianza en el sistema de salud, incrementan la ansiedad de los pacientes y profundizan las barreras de acceso, especialmente en poblaciones vulnerables. Desde la perspectiva epidemiológica, las consecuencias son aún más graves: el aumento de la carga viral en los pacientes que viven con VIH eleva el riesgo de transmisión y amenaza con hacer retroceder los avances alcanzados durante más de dos décadas. La literatura internacional señala que la discontinuidad del tratamiento antirretroviral, incluso por pocas semanas, puede incrementar la transmisión  entre un 12 % y 15 % en escenarios urbanos de alta prevalencia.

Para el sistema de salud colombiano, la eventual salida de un prestador especializado como SIES Salud generaría una sobrecarga para otras instituciones, afectaría la cadena de suministro de medicamentos y obligaría a un proceso complejo de reasignación de miles de pacientes. Esto suele traducirse en retrasos, pérdida de seguimiento clínico y deterioro de la calidad de la atención. En este marco, la continuidad del tratamiento antirretroviral es un derecho fundamental protegido por el artículo 49 de la Constitución Política, además la Ley Estatutaria 1751 de 2015, regula este derecho, estableciendo que la salud es un derecho fundamental autónomo y que los servicios deben ser garantizados con oportunidad, continuidad, eficacia y calidad.

La experiencia internacional demuestra que los sistemas de salud que han hecho avances sostenidos frente al VIH se caracterizan por modelos de atención integrados, estables y centrados en la persona. Mientras países como Brasil y Argentina operan con provisiones estatales robustas, Colombia continúa dependiendo de modelos fragmentados y de prestadores privados cuya capacidad técnica y financiera es variable. En este escenario, una eventual interrupción de los servicios de SIES Salud no constituiría una reestructuración administrativa, sino un evento de alto impacto clínico y epidemiológico con riesgo de aumentar la morbilidad, la mortalidad, la transmisión del virus y el retroceso en indicadores de salud pública.

El país no puede permitir retrocesos epidemiológicos evitables ni interrupciones en la atención de una condición que requiere continuidad absoluta. Es por esto que desde la academia hacemos un llamado urgente a los tomadores de decisiones del país para que se adopten las medidas necesarias que eviten la interrupción de los servicios prestados por SIES Salud, una situación que podría desencadenar una crisis mayor en el sistema de salud dada la eventual suspensión de una red de atención especializada. Es indispensable fortalecer las políticas públicas, consolidar modelos de atención estables y garantizar que los avances terapéuticos construidos durante cuatro décadas no se vean comprometidos por fallas administrativas o estructurales. En un país donde miles de personas dependen diariamente de la continuidad de su tratamiento.

Informe OCDE 2025. Análisis del desempeño de los Indicadores de salud en Colombia.

Informe OCDE 2025. Análisis del desempeño de los Indicadores de salud en Colombia.

El 13 de noviembre pasado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicó su informe sobre el desempeño de los sistemas de salud de los países miembros. Este reporte se construye a partir de fuentes de información oficial y permite establecer una perspectiva general de los sistemas sanitarios, así como comparaciones entre países y con respecto al promedio de toda la organización.

A continuación, presentamos un análisis de algunos aspectos muy relevantes del informe en su versión 2025, con énfasis en Colombia y en comparación con los resultados medios de la OCDE, así como con algunos países que muestran cifras de interés y de referencia en cada indicador.

Resumen del informe OCDE

El Panorama de la Salud (Health at a Glance) se construye mediante una selección de indicadores específicos sobre varios aspectos de salud pública y desempeño de los sistemas de salud. Estos indicadores se evalúan por cada país miembro de la OCDE, e incluyen los socios estratégicos y los países candidatos a adhesión. Los análisis que presenta el reporte y los datos se obtienen de estadísticas nacionales oficiales más recientes y comparables junto con otras fuentes complementarias.

Según se ha publicado, en la versión 2025, los indicadores elegidos se analizaron para presentar diferencias entre países y a lo largo del tiempo, en cuanto a las siguientes categorías:

  • Estado de salud,
  • Determinantes Sociales,
  • Factores de riesgo,
  • Acceso y calidad de la atención,
  • Gasto sanitario y
  • Recursos del sistema de salud.

El reporte contiene un capítulo especial enfocado a analizar y comparar condiciones de género y salud.

En esta nota vamos a analizar los indicadores de Estado de salud y de esperanza de vida del país, con respecto a los promedios de la OCDE.

Estado de salud y esperanza de vida

  • Esperanza de vida al nacer: Colombia presenta un promedio de 77,5 años frente a los 81 años de promedio de la OCDE, lo cual es un resultado negativo ante este grupo de países. Este dato, que es de 2023, es 3,2 años más alto para Colombia con respecto al de hace 10 años, lo cual indica un incremento cercano al 4% en este periodo. Los países con mejor resultado son Suiza, Japón y España; todos por encima de 84 años en promedio.
  • Mortalidad evitable: Este indicador se divide en dos indicadores: Mortalidad Prevenible y Mortalidad Tratable. Colombia tiene resultados deficientes y peores que el promedio de la OCDE en ambos. De una parte, en Mortalidad Prevenible tiene 304 muertes por 100.000 habitantes y, de otra parte, en Mortalidad Tratable en el país tiene un promedio de 115 muertes por 100.000 habitantes. Ambos datos corresponden al año 2024. Cuando se acumulan para construir el indicador de Mortalidad Evitable, Colombia queda en último lugar con 419 muertes por 100.000 habitantes, muy por encima del promedio OCDE que es de  222. El mejor desempeño lo tiene Suiza con 114 muertes por 100.000 habitantes, casi la mitad de Colombia.

Según el informe, la Mortalidad Prevenible se refiere a enfermedades infecciosas y lesiones, entre otras afecciones asociadas con factores de riesgo como el consumo de tabaco, vinculado a cánceres y enfermedades cardiovasculares; mientras que la Mortalidad Tratable incluye enfermedades circulatorias, como infarto cardiaco y accidente cerebrovascular, y condiciones metabólicas como diabetes y cáncer.

  • Mortalidad infantil: 16,8 por 1.000 nacidos vivos (dato de 2021) que también es uno de los más elevados del conjunto de países. Frente al promedio OCDE que fue 4,0, es uno de los datos más preocupantes, a pesar de que la tendencia ha sido positiva en el país, que logró una reducción de 20,7 en 2013 al 16,8 de 2021. Los mejores resultados son de Japón y Finlandia con 1,8 y 1,9 respectivamente.
  • Mortalidad materna: Colombia muestra una reducción del indicador entre el periodo de 2011 a 2013 y el periodo más reciente de 2021 a 2023. En el primero el promedio del indicador fue 63,3 muertes por 100.000 nacidos vivos y en el segundo el promedio fue de 59,9 por 100.000 nacidos vivos. Este es un avance de 3,4 en el indicador, que, en todo caso, resulta insuficiente al compararlo con los demás países de la OCDE. Colombia tiene el segundo dato más alto, superada solo por Perú y lejos del promedio OCDE que fue: 10,3. El mejor desempeño es de Islandia e Irlanda ambos con 0,0 muertes en el periodo de 2021 a 2023.
  • Cáncer: El informe muestra que Colombia tiene niveles relativamente bajos de incidencia y mortalidad por cáncer, en comparación con los demás países y con el promedio OCDE. Para 2022 la incidencia en el país fue: 178 por 100.000 habitantes, la sexta más baja de los 38 países (promedio OCDE: 291). En cuanto a la mortalidad, el comportamiento del indicador es similar, siendo el octavo más bajo del grupo de países, con 163 casos por 100.000 habitantes, frente a 191 del promedio OCDE, en el mismo año 2022.
  • Salud mental: Si bien el informe presenta varios indicadores de salud mental, algunos de ellos provienen de encuestas poblacionales y no todos los países cuentan con datos de estas encuestas. Este es el caso de Colombia, del que no se dispone de información para los indicadores de autorreporte del estado de salud. No obstante, existe el indicador de suicidios que también es analizado y comparado con los demás países y con el promedio OCDE. Colombia tiene un nivel bajo de suicidios con una tasa estandarizada por edad de 6,2 por 100.000 habitantes, frente al promedio OCDE que fue de:10,7. En Colombia llama la atención la gran diferencia de tasas de suicidio entre hombres y mujeres porque para los hombres fue de 10,8 frente a 2,1 de las mujeres. Esta diferencia se mantiene en todos los países, aunque no es tan amplia en algunos de ellos ni en el promedio general  que fue de 5,0 para mujeres frente a 17,2 para hombres.

Al analizar este primer grupo de indicadores se pueden extraer algunas conclusiones:

1) Esperanza de vida

  • Brecha negativa frente a la OCDE (77,5 vs 81 años).
  • Tendencia nacional al alza: +3,2 años en una década (~4%), lo que indica progreso sostenido, pero insuficiente para converger con el promedio OCDE.

2) Mortalidad evitable

  • Colombia queda última en el agregado (419/100.000), y por encima del promedio OCDE (222).
    • Prevenible (304/100.000): sugiere déficits en prevención y control de riesgos (infecciosas, lesiones, tabaco, etc.).
    • Tratable (115/100.000): señala brechas en diagnóstico oportuno y calidad de la atención.
  • Implica que el acceso nominal no está logrando traducción efectiva en resultados (fallas en continuidad, oportunidad y resolutividad, especialmente en redes de urgencias y crónicas).

3) Mortalidad infantil (MI)

  • 16,8 por 1.000 NV (2021) frente a 4,0 OCDE: rezago importante pese a la reducción desde 2013.
  • Apunta a cuellos de botella en periodo perinatal y neonatal (control prenatal, parto seguro, RCP neonatal).

4) Mortalidad materna (MM)

  • Descenso leve (63,3 → 59,9 por 100.000 NV), pero segundo dato más alto del conjunto y muy lejos del promedio OCDE (10,3).
  • Sugiere brechas en urgencias obstétricas, referencia y contrarreferencia, transporte sanitario y calidad del parto y posparto.

5) Cáncer

  • Incidencia (178) y mortalidad (163) por 100.000 en 2022 menores al promedio OCDE (291 y 191).
  • Posible subregistro (p. ej., tamizajes, oportunidad diagnóstica). El buen resultado podría combinar menor incidencia real con diagnóstico tardío

6) Salud mental

  • Tasa de suicidio baja (6,2/100.000) vs OCDE (10,7), pero brecha de género marcada (H: 10,8 vs M: 2,1).
  • Falta de indicadores de autorreporte limita la lectura integral.

Conclusiones

  1. Cobertura ≠ resultados: el país ha avanzado en cobertura y ganado años de vida, pero no se transforma ese acceso en reducción de mortalidad evitable, especialmente en prevenible (riesgos, lesiones, infecciosas) y en tratable (IAM, ACV, diabetes, cáncer).
  2. Nudos críticos materno‑infantiles: Mortalidad Infantil y Mortalidad Materna son los rezagos más notorios frente a OCDE, concentrando pérdidas de AVPP (años de vida potencialmente perdidos) en etapas sensibles del curso de vida.
  3. Enfermedades crónicas y urgencias tiempo‑dependientes: las cifras evidencian brechas en la cadena de valor clínica (detección, adherencia, continuidad, traslado y respuesta hospitalaria).
  4. Datos de Cáncer aparentemente favorables, deben ser analizados con prudencia. Conviene triangular con registros poblacionales, tamizajes y estadios al diagnóstico para evitar falsas lecturas optimistas por subregistro.
  5. Salud mental: baja mortalidad por suicidio es positiva, pero la diferencia por sexo exige intervenciones focalizadas en hombres y vigilancia de otras métricas (intentos, consumo problemático, violencia).
  6. Gestión basada en datos: la ausencia de algunos indicadores (autorreporte, y encuestas poblacionales masivas) obstaculiza la evaluación y el pilotaje fino de políticas.

Este informe aporta información muy valiosa para entender la situación actual de salud en el país y ver el comportamiento de un grupo de países comparables, aunque en mejor situación que Colombia, dado que son los de mayor desarrollo social y económico en el mundo. Es fundamental analizar cada dato teniendo en cuenta su temporalidad para comprender las tendencias y los rezagos de información que todavía se presentan. Queda, sin dudas, mucho esfuerzo por hacer para avanzar hacia los niveles de los países que lideran en estos indicadores.

Próximamente continuaremos con el análisis de este interesante reporte, revisando otro grupo de indicadores y cómo está Colombia frente los referentes internacionales en salud.

*Fuente principal: OECD Health at a Glance 2025 – Country Notes (Colombia) y OECD Health Statistics 2025.

Mensaje de Urgencia: última opción del gobierno.

Mensaje de Urgencia: última opción del gobierno.

El gobierno presiona al congreso, ante la inminente caída de la reforma a la salud.

A pocas semanas de finalizar el 2025, el gobierno intenta jugar su última carta para evitar el derrumbe de su proyecto de reforma estructural al sistema de salud. Algunos días atrás, la Comisión Séptima del Senado había decidido no continuar con el debate de los proyectos de reforma, hasta no resolver las dudas que existen sobre la financiación del modelo de atención que ha venido impulsando el gobierno, por distintos mecanismos.

De esta manera, no habría discusión de la reforma hasta no concluir la discusión de la Ley de Financiamiento de la que dependen, en gran medida, los recursos necesarios para sufragar los nuevos gastos del modelo preventivo, predictivo y resolutivo; así como de otras disposiciones incluidas en el proyecto de Ley.

La decisión de esta Comisión implica congelar la discusión de los tres proyectos: el de archivo presentado por la oposición, que por reglamento debería debatirse y votarse en primer lugar, el proyecto del gobierno que mantiene la mayor parte de sus propuestas ya rechazadas en la legislatura pasada y el proyecto alternativo que recoge algunas ideas del gobierno, pero con diferencias.

Sin haberse resuelto de ninguna manera la apremiante  crisis financiera   que sufre el sistema ni la larga lista de deficiencias en la calidad y la oportunidad del servicio, el gobierno lo que ha hecho es enviarle al Congreso un mensaje de urgencia, para que la Comisión priorice la discusión de la reforma a la salud, antes que cualquier otro proyecto de Ley.

En la práctica este mensaje, legalmente, obliga a que se haga el debate del proyecto, pero de ninguna forma, garantiza que el resultado sea favorable para los intereses del gobierno. Como ya se ha explicado, existen al menos tres propuestas y de ellas, la primera que deberá decidirse mediante votación en la Comisión es la de archivo, que, en caso de ser votada mayoritariamente, dejará anuladas las demás propuestas.

Casi al mismo tiempo el Decreto 0858 del 30 de julio de este año, mediante el cual el Ministerio definió el nuevo modelo de atención, enfrenta una suspensión temporal por parte del Consejo de Estado. Lo anterior deja en un limbo su aplicación que ya estaba en curso en el país, dejando más incertidumbres en los administradores de planes de beneficios y en los prestadores de servicios de salud. Esto por no mencionar a los más afectados con toda la confusión, que son los pacientes y sus familias.

Esta decisión del Consejo de Estado se fundamenta en algo que ya se había advertido en múltiples análisis: la posible extralimitación del gobierno al intentar reformar el sistema de salud mediante un decreto, lo cual hace parte de las competencias directas del poder Legislativo y que, justamente, es lo que se debate en los proyectos de Ley que se tramitan según lo reglamentario, actualmente.

El Consejo de Estado consideró que el gobierno traspasó estos límites y que, en el Decreto introdujo modificaciones a aspectos estructurales del sistema de salud, que solo pueden ser reformados mediante una nueva Ley. Algunos de estos elementos incluidos en el decreto son :

  • Cambios en las competencias de las Entidades Territoriales, con respecto a su rol en el sistema de salud, asignándoles nuevas responsabilidades e incluso funciones que estarían por fuera de lo dispuesto en las leyes vigentes.
  • Cambios en las responsabilidades y competencias de las EPS, que siguen estando activas y cobijadas por la Ley 100 y demás normas en vigor. El Decreto modificaba sus funciones en temas como la contratación de IPS y la conformación de RIISS.
  • Cambios a la red de prestación de servicios, que implican justamente una transformación en la gobernanza del sistema y en la dirección del aseguramiento y la prestación del servicio.
  • Cambios en la operación diaria del sistema, vinculada con resoluciones adicionales que el mismo Ministerio ha emitido como la que organiza regiones funcionales (Resolución 1789 de 2025) y la conformación de equipos básicos de salud, que ha sido una de las banderas de este gobierno en los últimos 3 años.

En síntesis, la reforma clave para el gobierno en esta legislatura no ha avanzado y es casi inminente su fracaso, nuevamente, debido a la incapacidad de recoger las múltiples voces de los actores del sistema y de configurar un proyecto de ley verdaderamente concertado que se enfocara en los problemas del sistema de salud y en superar los desafíos superiores de salud pública como el aumento de la morbimortalidad por Enfermedades No Transmisibles, el Envejecimiento Poblacional, la desfinanciación acumulada por insuficiencia de recursos, la inestabilidad en la dispensación de medicamentos y el debilitamiento de las redes de atención; entre otros.

A pocos meses de finalizar el periodo presidencial actual, el llamado será para quienes aspiran a la presidencia y al Congreso, para que entiendan la magnitud de esta crisis y actúen en consecuencia, teniendo siempre claro el papel del ecosistema innovador del país y de los actores del sistema de salud; como aliados y no como opositores en la transformación que se requiere.

 

ampliamente demostrada y discutida, el sistema enfrenta problemas estructurales que se observan, por ejemplo, en el desabastecimiento de medicamentos generado, en la incertidumbre que han suscitado las intervenciones estatales a EPS como Sanitas, Nueva EPS y Compensar, en los permanentes anuncios de pacientes a quienes les están negando el acceso a los servicios, en el incremento de las acciones de tutela anuales que llegaron a cerca de 265.000, lo cual indica un aumento del 40% respecto a 2023; entre otros datos.

De igual manera, existe mucha preocupación por el deterioro en algunos Indicadores clave en salud pública. A continuación, presentamos un breve análisis de los datos más importantes en este sentido.

  1. Agresiones por animales potencialmente transmisores de rabia (APTR)

Según datos publicados por el Instituto Nacional de Salud, estos eventos presentan un aumento sostenido desde 2018, con 25 entidades territoriales mostrando semanas epidemiológicas con incremento estadísticamente significativo. En 5 departamentos hay notificación de más de 10 semanas de aumento: Santa Marta, Barranquilla, Chocó, Meta y Risaralda.

  1. Violencia de género e intrafamiliar

El informe del INS muestra un aumento en la notificación de casos de violencia de género, con un total de 149.069 casos, por encima del promedio histórico (124.220).

  1. Tos ferina

Se analiza la ocurrencia de un posible brote, debido al comportamiento elevado en la notificación de este evento, por encima de lo esperado en la semana 39.

  1. Alerta por incremento de casos de COVID-19 en Bogotá
  • Según el Boletín Epidemiológico del INS, Bogotá registró 67 nuevos casos de COVID-19 entre el 7 y el 13 de septiembre de 2025, lo que representó más del 50% de los casos nacionales en ese periodo (131 casos).
  • El acumulado nacional al 13 de septiembre fue de 6.229 casos en lo que va del año, con un aumento del 6,8% en contagios y 8,2% en hospitalizaciones.
  • Aunque el INS calificó el repunte como estadísticamente significativo, el Ministerio de Salud negó que exista una alerta epidemiológica oficial, y llamó a la calma, aclarando que los picos son comportamientos estacionales propios de los virus respiratorios
  1. Advertencia de la Cruz Roja Internacional sobre crisis humanitaria en Colombia

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) advirtió el 31 de julio de 2025 que Colombia podría enfrentar su peor crisis humanitaria en una década. Según esta organización internacional las causas principales son:

  • Aumento de enfrentamientos armados entre grupos ilegales y la fuerza pública.
  • Incremento del uso de explosivos: 524 personas heridas o muertas entre enero y mayo (70% civiles, incluidos 56 menores).
  • Confinamiento forzado: 85.760 personas en 13 departamentos (aumento del 169% respecto a 2024).
  • Desplazamientos masivos: 58.160 personas desplazadas (incremento del 117%)

Cuenta de Alto Costo advierte sobre el panorama del cáncer en Colombia

En el país, las cifras del cáncer evidencian un incremento sostenido en su incidencia. Hasta el 31 de octubre de 2024, se registraron 651.589 casos prevalentes, mientras que, en el periodo comprendido entre el 2 de enero de 2023 y el 1 de enero de 2024, se notificaron 62.000 nuevos diagnósticos, lo que representa un crecimiento del 5,41% frente al año anterior. De estos, el 93,83% correspondió a cáncer de tipo invasivo.

El análisis por género muestra que las mujeres representaron el 56,40% de los casos invasivos nuevos, con una mayor incidencia en cáncer de mama (26,34%)colorrectal (6,80%) y cérvix (6,50%). En los hombres (43,60%), los tipos más frecuentes fueron próstata (25,90%)colorrectal (7,68%) y estómago (5,31%).

El comportamiento de los tumores sólidos priorizados en 2024 presenta un panorama mixto. De acuerdo con datos del Ministerio de Salud y Protección Social, se registró un aumento en la detección temprana de cáncer de mama, estómago y melanoma, un factor clave para mejorar las tasas de supervivencia.

Sin embargo, estos avances en el diagnóstico no se tradujeron en un acceso oportuno a los tratamientos. Se reportó una disminución en la oportunidad de atención para la mayoría de estas enfermedades, afectando tanto a los afiliados del régimen contributivo como del subsidiado. El único caso con una leve mejora fue el cáncer colorrectal en el régimen contributivo.

En 2024, se evidenció una reducción en el tiempo de acceso al tratamiento para la mayoría de las neoplasias hematológicas, lo que representa un avance significativo en la atención oncológica. Sin embargo, la leucemia mieloide aguda fue la excepción, ya que no mostró mejoras en la oportunidad de inicio del tratamiento en comparación con los datos de 2023.

Datos y tendencias.

La tendencia general muestra un incremento sostenido en la prevalencia de las principales patologías de alto costo. Por grupos de enfermedades, los datos y tendencias son los siguientes:

  • Aumento del 22,3% en la prevalencia de cáncer invasivo, con un preocupante incremento del 14,6% en cáncer de mama, pese a una ligera reducción en nuevos casos.
  • El sistema cardiovascular y sus enfermedades continúan liderando la carga de mortalidad en el país, y aunque no detalladas extensamente en este informe, siguen siendo una categoría de vigilancia prioritaria.
  • El sistema de atención a personas con VIH muestra signos críticos de retroceso: la cobertura de TAR cayó al 80,3%, el punto más bajo en cinco años, acompañado de un alza en la mortalidad.
  • En hemofilia, los indicadores de evaluación interdisciplinaria y acceso a odontología muestran rezagos estructurales, en especial en regiones como Caribe y Amazonía-Orinoquía.

Estos datos no son únicamente sanitarios, son también síntomas de fallas sistémicas: en la planeación territorial, en la gobernanza clínica, y en la ejecución de políticas públicas eficaces y sostenibles.

Gestión del riesgo y acceso a servicios

Se identifican importantes brechas y desafíos. Para hemofilia se observa una disminución en los resultados de evaluación por equipo interdisciplinario, siendo odontología el servicio con menor acceso.  En el caso del VIH hubo un descenso preocupante en la cobertura de la terapia antirretroviral (TAR) desde 2021, alcanzando su porcentaje más bajo en 2024 (80,38%), este y otros indicadores dejan al país en un rango de cumplimiento bajo.

La variabilidad regional es otro hallazgo significativo. En hemofilia, todas las regiones mostraron incrementos en la prevalencia de coagulopatías, con Bogotá D.C. y la región Central superando el promedio nacional. La mortalidad general fue tres veces mayor en las regiones Caribe y Central. Respecto a la evaluación por equipo interdisciplinario, aunque ninguna región logró la meta (superior al 95%), se observaron incrementos en todas ellas, principalmente en Amazonía-Orinoquía y Bogotá D.C.

Para el VIH las regiones Central, Bogotá D.C. y Pacífica presentaron los resultados más bajos en cobertura de TAR. En cuanto a gestantes tamizadas para VIH, cuatro regiones lograron un alto cumplimiento, pero Caribe, Amazonía-Orinoquía, Central y Pacífica experimentaron un descenso en sus resultados, mientras que Bogotá D.C. mantuvo un desempeño bajo.

En síntesis, el informe revela un panorama complejo para las enfermedades de alto costo en Colombia, caracterizado por:

  • Aumento generalizado en prevalencia e incidencia,
  • Brechas persistentes en el acceso a servicios esenciales y profundas disparidades regionales.

Este breve análisis demuestra nuevamente que el sistema de salud colombiano se encuentra en uno de sus peores momentos, en todos sus aspectos estructurales y funcionales. La acumulación de problemas continúa en las condiciones financieras, de gestión, de capacidades, de prestación de servicios y de resultados en salud pública. En paralelo, la discusión de las propuestas de reforma no ha avanzado en los últimos meses, sin que existan soluciones eficaces a lo que sufren día a día los ciudadanos.

Reiteramos desde INNOS la invitación urgente a gobierno, aseguradores, prestadores de servicios, gremios y organizaciones sociales; a construir respuestas inmediatas a este panorama tan negativo.

Desempeño del sistema de salud: Contrastes entre algunos indicadores y la percepción de los usuarios.

Desempeño del sistema de salud: Contrastes entre algunos indicadores y la percepción de los usuarios.

Los datos más recientes sobre la crisis que se vive en el país por el deterioro del sistema de salud se pueden analizar desde diversos ángulos. De una parte, los problemas de flujo de recursos, sostenibilidad financiera, acceso y continuidad en el suministro de medicamentos y otros relacionados; no dejan dudas sobre el mal momento que atraviesa el sistema. No obstante, algunos datos sobre satisfacción de los usuarios y la oportunidad en la atención de consultas con profesionales y especialidades básicas en salud, pueden sonar contradictorios cuando se les observa sin un contexto adecuado y podrían llevar a análisis confusos. Los datos que presentamos a continuación han sido recopilados de fuentes oficiales como el Ministerio de Salud, la Superintendencia Nacional de Salud, el DANE, el portal Así Vamos en Salud y asociaciones de pacientes. Estos datos nos dan una idea de lo complejo que resulta el desempeño actual del sistema y de lo urgentes que son las medidas que el gobierno debe tomar para corregir su rumbo.

A continuación, revisamos algunos datos de satisfacción de usuarios con las EPS, con las IPS y porcentajes de oportunidad en el acceso a servicios esenciales.

  1. Tabla Comparativa de Satisfacción por EPS (Minsalud, 2024)
EPS Porcentaje de satisfacción
Dusakawi 79,40%
Salud Bolívar 77,59%
Savia Salud* 77,32%
Mutual Ser 73,50%
Comfaoriente 70,50%
Salud Mia 70,36%
Anas Wayuu 69,66%
EPS SURA 67,03%
Salud Total EPS S.A. 63,08%
Famisanar* 62,31%
Nueva EPS* 61,97%
Sanitas** 61,71%
Capresoca* 59,32%
Compensar EPS 58,27%
Servicio Occidental de Salud (SOS)* 58,19%
Emssanar* 57,53%
Asociación Indígena del Cauca 57,42%
Cajacopi 56,41%
Coosalud EPS-S* 56,37%
Comfenalco Valle 56,34%
Capital Salud EPS-S 54,97%
Mallamas 54,67%
Pijaos Salud 46,16%
Asmet Salud* 45,71%
Aliansalud EPS 37,94%
EPS Familiar de Colombia 35,89%
Comfachocó 28,24%

* EPS Intervenida por el Gobierno

** Intervención anulada por la Corte Constitucional en junio de 2025.

Fuente: Minsalud.

En esta tabla se observa, de una parte, un deterioro muy importante de la satisfacción de los usuarios con sus EPS, que llega hasta niveles inferiores al 30%. La mayor satisfacción reportada en ningún caso supera el 80%.  Dentro de este grupo de entidades es importante recordar que cerca de la mitad de ellas se encuentran bajo intervención del gobierno nacional mediante las medidas adoptadas por la Superintendencia Nacional de Salud. Estas EPS intervenidas tienen a su cargo la atención de unos 23 millones de afiliados, según datos del Ministerio.

  1. Proporción Global de Satisfacción de Usuarios de IPS

En contraste con los datos anteriores, según el portal Así Vamos en Salud, la proporción global de satisfacción de los usuarios con las Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud (IPS) en Colombia se ha mantenido en niveles altos.  Este indicador se construye a partir de encuestas que preguntan a los usuarios del sistema cuál es su grado de satisfacción con la atención recibida. Se agrupan las respuestas más positivas (atención “buena” y “muy buena”) para construir un porcentaje de usuarios satisfechos con el servicio. Entre el segundo semestre de 2022 y el primer semestre de 2025 este porcentaje no ha tenido variaciones importantes:

Semestre Porcentaje de satisfacción
2022-2 95.69
2023-1 96.14
2023-2 96.15
2024-1 95.69
2024-2 96.66
2025-1 96.35

Fuente: Así Vamos en Salud. Reporte de Minsalud.  “Experiencia en la atención” por parte de los usuarios de las IPS, definido en la Resolución 256/16.

Según estos datos, la mayoría de los usuarios reportan satisfacción con el servicio prestado en sus IPS. A nivel nacional hay algunas variaciones por departamento, que tampoco son significativas. No obstante, llama la atención el dato de Vichada con un 48% de satisfacción, que es, de lejos, el más bajo en el país. No obstante, el resto de los datos se agrupan entre el  90% y el 98% aproximadamente.

Algo similar ocurre cuando se revisan otras fuentes de información, como la Encuesta DANE – Calidad de Vida 2024 (publicada en 2025), que muestra niveles de afiliación al SGSSSS muy altos, llegando al 96,5%. La misma encuesta evaluó la percepción de calidad del servicio por EPS, encontrando que:

  • El 84,8% de los encuestados calificó su experiencia con su respectiva EPS como buena o muy buena.
  • Algunos departamentos como Cauca, Nariño y Guainía reportaron menos del 70% de satisfacción.
  • La percepción de calidad del servicio prestado por las EPS, el 74,4 por ciento de los afiliados considera que es “bueno”, y un 10,4 por ciento lo califica como “muy bueno”.
  • No obstante, el 13,7 por cientode los usuarios aún lo evalúa como “malo” o “muy malo”
  • Persisten graves brechas territoriales en calidad, acceso y experiencia global de los usuarios.
  1. Indicadores de Oportunidad por servicios de salud.

Los datos publicados por Así Vamos en Salud, con base en los informes del Ministerio del año 2023,  muestran que hay un aumento en los tiempos promedio de esperas para citas de medicina general y de especialidades básicas:

Tiempos promedio de espera para citas:

  • Medicina general: 3,24 días
  • Pediatría: 5,46 días
  • Obstetricia: 8,8 días
  • Cirugía general: 10,1 días
  • Medicina interna: 10,3 días
  • Medicina nuclear: 11 días

Departamentos con mayores demoras: Cesar, Caldas, Tolima, Valle del Cauca y Antioquia.

Estos datos muestran un incremento en el tiempo de espera para la consulta de medicina general y algunas especialidades básicas. Aunque no son todavía datos preocupantes, sí podrían indicar un deterioro en el acceso efectivo a los servicios.

Sin embargo, otras fuentes han señalado el evidente deterioro de los indicadores de acceso y oportunidad. Por ejemplo, en 2024, se publicaron los análisis sobre barreras de acceso al sistema, que mostraron que las citas con médico general pasaron de 45 a 70 días de espera, con especialistas de 126 a 210 días y la entrega medicamentos de entre 30 a 97 días. 

  1. Informe del Ministerio de Salud (agosto 2025)

Según lo ha publicado el Ministerio, en su página de Internet, en el país hay avances en cuanto a la cobertura y calidad de la atención primaria. Se destacan en este informe:

  • Avances en equidad territorial: mejora en acceso en zonas rurales.
  • Reducción de mortalidad infantil y materna como indicador indirecto de mejora en oportunidad y calidad de atención.
  • Reducción de mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles.
  • Aumento de cobertura en zonas apartadas, gracias al Plan Nacional de Salud Rural y a la implementación de los Equipos Básicos de Salud Territorial.
  • Mayor inclusión NARP (negros, afrocolombianos, raizales y palenqueros).

Como se puede observar, mientras los datos de acceso y satisfacción no son concluyentes y muestran las tensiones que existen actualmente y las dificultades que experimentan los usuarios para ser atendidos, el Ministerio insiste en la defensa de sus intervenciones y, de esta forma, argumentar a favor de la propuesta de reforma que ha presentado nuevamente el gobierno.

La otra cara de la moneda: Percepción de Asociaciones de Pacientes sobre la Atención en Salud.

Diversas asociaciones de pacientes han manifestado su preocupación por la calidad y oportunidad en la atención en salud en Colombia durante 2025. A continuación, se resumen sus principales observaciones y propuestas:

Movimiento Pacientes Colombia

Este movimiento que agrupa a más de 200 asociaciones de pacientes ha denunciado una grave crisis humanitaria en el sistema de salud, caracterizada por falta de acceso a medicamentos, cierre de servicios esenciales como obstetricia y pediatría, y retrasos sistemáticos en tratamientos vitales. Estas asociaciones solicitaron un cabildo abierto con el presidente Gustavo Petro para abordar directamente esta situación.

Pacientes Colombia calificó el incremento del 5,36% en la Unidad de Pago por Capitación (UPC) como insuficiente. Señalan que está 10,6 puntos por debajo de lo necesario para garantizar la sostenibilidad del sistema, lo que incrementará el gasto de bolsillo de los usuarios y afectará especialmente a pacientes con enfermedades crónicas y de alto costo.

Asociaciones de Usuarios en Salud

La mesa de asociaciones de usuarios en salud ha reportado un aumento en las Peticiones, Quejas, Reclamos y Sugerencias (PQRS) y en las acciones de tutela por barreras de acceso. Denuncian que la intervención de EPS no ha resuelto las deficiencias y, en muchos casos, las ha empeorado.

De otra parte, en agosto de 2024, un análisis de la Fundación Retorno Vital mostró que, en efecto, existe un aumento de barreras de acceso para los usuarios de las todas las EPS, en especial en aquellas que se encuentran bajo intervención de la Supersalud. Además, el informe señaló que estas barreras de acceso son mayores para las mujeres y para la población afiliada al régimen subsidiado.

En conclusión, observamos indicadores que nos muestran cómo el sistema de salud atraviesa uno de sus momentos más difíciles. Las tendencias, en el mejor de los casos, apuntan hacia un estancamiento en indicadores positivos o a su deterioro, incluso con datos oficiales. Las percepciones de gremios y asociaciones de pacientes son claras en señalar un detrimento de las condiciones generales de accesibilidad, calidad y oportunidad en la atención en el país, que se profundiza en algunas regiones, grupos específicos y regímenes de afiliación.

Como hemos insistido desde INNOS, es imperativo que el gobierno atienda estos llamados y que utilice la información más confiable, para corregir el rumbo del sistema y evitar un colapso total en los próximos meses.